Thursday, September 25, 2008

Duchamp

“Una empleada de la Tate Gallery tira una bolsa de basura sin saber que era una obra de arte” es una noticia que apareció recientemente. Lo que llama la atención de esta nota es que una bolsa de basura haya dejado de ser sólo eso. El que una bolsa de basura, algo vulgar, corriente y poco glamoroso, fuera una obra de arte es lo mismo que decir que, una obra de arte, como se ha entendido desde siempre, fuera simplemente una bolsa de basura. La obra se llama: “Nueva creación de la presentación publica de un arte autodestructivo” su autor es Gustav Metzger.
(Metzger, de 80 años, nació en Alemania de padres judíos polacos y de niño se trasladó como refugiado al Reino Unido, donde en la década de los sesenta inventó el concepto de “arte autodestructivo”. El artista acaparó titulares hace algún tiempo cuando una de sus obras, una bolsa de basura llena de recortes de periódico, cartón y trozos de papel, fue desechada por una limpiadora de la Tate que la confundió con desperdicios.
Metzger, que vive en el este de Londres, es un creador y activista político conocido sobre todo en los círculos artísticos alternativos, y su filosofía de arte y destrucción inspiró entre otros a Pete Townshend, de la banda de rock The Who, para romper su guitarra en el escenario).
Esta nota queda como un detalle curioso de lo que puede llegar a ser el arte contemporáneo.
Los periódicos buscan notas curiosas que pueden llegar hasta resultar chocantes. Prácticamente todos los periódicos mencionan el nuevo cambio de la historia del Arte, Demian Hirst ha roto con la galerías y se lanza a subastar en Sotheby´s por su cuenta, con esto es el primer artista vivo que llega de manera directa a una subasta.
Las noticias sobre el arte contemporáneo llegan a ser motivo de ocho columnas, más que notas de la sección especializada. Lo que buscan es crear opinión pública.
La opinión pública parte de:
Una gran nota relativa a una exposición,
La información sobre una feria que resume las cosas que se han podido llevar a cabo dentro de su tiempo de exposición,
Las notas curiosas en las que hay un choque contra el sentido común del espectador.
Las dos primeras pertenecen “al mundo del arte”, el medio protegido por y para la experiencia estética.
En el tercero se juega el alejamiento entre el gusto de la mayoría del público, un público que no puede entender que algo fuera de su comprensión de “buen gusto” se encuentre como parte de la opinión pública.
En el arte contemporáneo es frecuente la confusión entre una obra de arte y un objeto cualquiera, esto no tendría que ocurrir nunca. Desde el punto de vista de materialidad de la obra y de la percepción de quien se encuentra delante de ella no hay diferencia sustancial entre el conjunto de objetos denominados arte y los simplemente denominados “objetos” o más directamente “cosas”.
Esto ocurre pues la mayoría de la gente no tiene interiorizado prácticamente el catálogo de obras y autores que lo forman, lo cual no ocurre con obras y artistas anteriores, en el arte contemporáneo el sujeto está demasiado cerca del objeto.
En el siglo XX se aquilataron dos grandes teoremas, se habla de ellos todo el tiempo pero no necesariamente se entiende su contenido:
“Cualquiera puede ser un artista” y “cualquier cosa puede ser una obra de arte” (el segundo dicho por Joseph Beuys a mediados de los 60).
La existencia de un “mundo del arte”,
la popularización de la producción artística y
la pérdida del carácter sacro, mágico o sobre terrenal de la obra de arte
son tres experiencias que definen buena parte de la experiencia estética humana que llamamos arte.
Tal vez uno de los conceptos más chocantes al público sea el de “cualquier cosa puede ser una obra de arte, pero no todo es arte” esto es un cambio radical en la consideración del “objeto” que entra en la experiencia estética y que se ha denominado “obra de arte”.
Para poder ampliar estos conceptos es necesario acudir al origen que les dio sentido, este origen se le debe a Marcel Duchamp.
La obra “Fuente” Duchamp se expuso por primera vez en Nueva York en 1917, esta pieza fue elegida a finales del año 2004 entre 400 artistas como la obra más influyente del siglo XX. Como “cosa” es un urinario de porcelana blanco, esto es, un objeto habitual cuya función no puede ser más determinada. Como “obra de arte” consiste en colocar en una sala de exposiciones y de una forma no habitual algo que no podríamos encontrar en un espacio para el arte, firmándolo en una de sus esquinas como sucede con las pinturas, con un nombre R Mutt que no corresponde a nadie que haya participado en el ready made.
Puesta ahí y en aquél momento, la “obra de arte” es la negación materializada de la vieja idea: la obra de arte debe ser hecha de un material noble como sería el mármol o el bronce o el óleo para la pintura, esto es un material no vulgar, no utilizado de una manera común.
La impronta se convierte en que, no importa que sea un objeto común, está colocado por encima de los objetos de su naturaleza pues algún individuo ha puesto en él toda su simbología, su creatividad, no lo ha sacado de la nada, no ha sido fabricado, simplemente cambió de lugar. La firma otorga carácter de divinidad, originalidad, unicidad. En este caso la firma corresponde a alguien imaginario, alguien inventado que no existe. La fuente, antes urinario, se ha transformado en un objeto que significa el mundo, desde Duchamp. (El hombre prehistórico llevó a cabo la misma acción, tomo objetos y los diferenció y con esto significo su mundo y lo fue llenando de símbolos).
La cosa: urinario entra en discurso distinto de presuposiciones, conductas sociales, valores, juegos de lenguaje, referencias etc. De lo que se conoce como “obra de arte”. La “genialidad” consiste en haber condensado en un objeto y un lugar la negación de toda una cosmovisión.
Es obvio que nada concerniente al arte continúa ya siendo obvio, ni su vida interior, ni su relación con el mundo, ni siquiera su derecho a existir
Teodoro Adorno Estética 1969

(Notas sobre Arthur Danto)
A lo largo de la historia, el concepto de arte, como tal, no impone restricciones internas en cuanto a qué cosa son las obras de arte o no. En los tiempos actuales, es muy difícil definir si algo es una obra de arte. Peor aun, una cosa puede ser obra de arte mientras otra cosa, absolutamente idéntica a ésta, no. La percepción visual ya no es suficiente para detallar el fenómeno del arte contemporáneo.
Los criterios tradicionales han dejado de tener validez.
El performance del colectivo Praxis que se exhibió en la bienal del Whitney de 2002 ofrecía al espectador un menú de servicios que incluía abrazos, baños de pies, billetes de dólar, así como la colocación de apósitos acompañada de un beso. Una de las obras más populares de la Bienal fue la pieza sonora de Steven Vitello, consistía en una grabación realizada en 1999 de los sonidos causados por el Huracán Floyd en el exterior del piso 91 de la Torre uno del World Trade Center.
Para los artistas hoy todo es posible, como consecuencia de esta apertura radical las obras son objetos que casi pueden pasar desapercibidos en lo cotidiano.
El intento de homicidio de Andy Warhol en manos de Valerie Solanas (escritora estadounidense de ideas feministas radicales y de acentuada misandria) casi se valoró como un performance si no hubiera sido porque había que enfrentar legalmente el caso.
El compositor Karlheinz Stockhausen declaró que el ataque terrorista de 11 de septiembre de 2001 había sido la mayor obra de arte de todos los tiempos, las críticas por la efusividad del comentario del músico hicieron que de inmediato se desacreditara, pero el hecho es que llegó a determinar el grado de apertura del territorio, por monstruoso que pudiera ser estrellar aviones de pasajeros en edificios abarrotados de gente para crear una obra de arte.
¿Qué es el arte?
Cualquier cosa.
Esta puede ser una respuesta decepcionante.

Pero esto es porque desde hace mucho tiempo se da por sentado que las obras de arte constituyen un grupo de objetos limitados y, hasta cierto punto, elevados que cualquiera podría identificar por su estatus, por ser los trascendentales (bien, verdad y belleza).
En la nueva filosofía, los objetos que se consideran como arte siguen siendo limitados, lo que pasa es que ahora cuesta más trabajo reconocerlos. En nuestros días, algo puede parecer una obra de arte y no serlo.
Esto no lo podríamos imaginar antes de 1917 cuando Marcel Duchamp creó 14 ready mades, que parecían más un grupo de objetos salidos de un garage en venta, que obras expuestas en el Carré del Louvre. Pero si trasladamos a Duchamp a la actualidad, este artista hubiera resultado muy severo en la manera de organizar y delinear qué objetos y por qué serían colocados en un sitio especial. El fenómeno artístico, ahora, ha borrado casi por completo la línea entre arte y no arte. Duchamp nunca dijo por qué había elegido esos objetos y por qué lo separaba de los del garage. Nunca transmitió cual sería su reacción si se encontrara esos objetos intervenidos por otros artistas. La pregunta quedó en el aire pero abrió una puerta.
“El Fin de Arte, parece como frase, un grito desesperado. En realidad este fin, nos permite definir, en términos del objeto, que nos depara la historia del arte sin esperar a ver que más puede pasar”. Danto
Como cualquier cosa puede ser una obra de arte, inician las sorpresas, los enigmas…
Nada en el arte de hoy es absolutamente obvio…
En 1917 Duchamp fue invitado por la galería Grand Central de Nueva York a formar parte del jurado de una exposición de artistas independientes. Sin informar a nadie, el propio Duchamp envió para exponer en esa exposición el urinario de porcelana blanca firmado con el seudónimo “R. Mutt”. Cuando su Fuente fue rechazada para la exhibición, Duchamp renunció al jurado y el incidente causó un escándalo que sacudió al mundo del arte.
Con esta actitud provocadora Duchamp quiso mostrar su desilusión ante las formas tradicionales del arte, pintura y escultura, como medios de expresión, y su rechazo ante la idea de que el arte y el artista tienen una “naturaleza especial” distinta a la de los hombres y objetos ordinarios. Su gesto de enviar a la exposición un producto comercial fabricado en serie y firmado por un “artista” inexistente, se opone radicalmente a la sacralización de la obra de arte como “creación única e irrepetible”, salida de las manos de un “genio”. Este desafío “antiartístico” proponía romper con las barreras del arte y ampliar sus horizontes. En la defensa de su Fuente, Duchamp escribió:
Si el Sr. Mutt construyó o no con sus propias manos la Fuente no tiene ninguna importancia. Él la ELIGIÓ. Tomó un objeto de la vida diaria, lo reubicó de manera que se perdiera su sentido práctico, le dio un nuevo título y punto de vista y creó un nuevo significado para ese objeto.
Duchamp.
El concepto artístico que Duchamp postula con obras como Fuente es el del ready made, es decir “lo ya hecho” u “objeto encontrado”. Es decir que encuentra objetos manufacturados que descontextualiza de su entorno común y a los que les otorga una nueva identidad. Con ello, Duchamp ubica la esencia del acto artístico en la IDEA y selección del objeto, no en la creación ni en la imagen visual de la obra. De este modo, el artista se libera de la manualidad y, por ende, de la técnica, que la tradición artística entendía como indisolubles del acto creador.

En su momento, y quizá todavía, obras como ésta se tomaban como una agresión. Marcel Duchamp usó este tipo de violencia para combatir las ideas convencionales del arte. Su actitud coincide con el movimiento dadaísta (Zurich,1916), en donde se cuestiona la validez del arte mismo. Duchamp y los dadaístas buscaron demoler las barreras entre el arte y la vida, declarando que cualquiera podía ser un artista y cualquier cosa podía convertirse en una obra de arte.
Cita de internet.
En la práctica del ready-made se reconoce e identifica algo como “obra acabada”, como pieza artística ya terminada. Se recontextualitza o se reinterpreta a partir de este reconocimiento. El ready-made pone de manifiesto que la intervención directa del artista en la producción de la obra no es necesaria. Extremando esta idea y relacionándola con la estética de la recepción podemos decir que es la mirada del espectador la que completa la construcción de la obra y que por lo tanto toda experiencia estética es en cierta manera un ready-made construido por aquellos que la viven. Y esta experiencia tiene que ver con el punto de encuentro entre sus ideas previas y los estímulos del momento.
Cuando se hace público un ready-made, cuando se comunica a los otros mostrando un elemento como ready-made, entendemos que se está haciendo una propuesta a la reinterpretació. Se está trayendo esta mirada a un contexto colectivo, social.
Cita de internet.
El ready made se toma del contexto de la moda, ready to wear, listo para llevarse puesto sin necesidad de hacerlo a la medida.
Se establecen tres posibilidades no vistas en el arte:
1 La selección de un objeto es en sí un acto creativo
2. Cancelar al objeto de su valor utilitario se transforma en arte
3. Al conferir un título al objeto se le da un Nuevo pensamiento o significado.

El mismo Duchamp dice en una entrevista: Hay que acercarse al objeto con una indiferencia visual absoluta, con una ausencia de buen o mal gusto.
Cuando se le preguntó como se elige un ready made, el contesta: Él te elije a ti.
Para él existen los ready made “asistidos” el objeto tal cual o los “ayudados” los cuales eran manipulados o modificados. Los “futuros” son los que en cualquier momento vendrán, propone firmar el edificio Woolworth de NY.
Duchamp entra en un juego eterno con el expectador, toma la pala de nieve, la pone en tus manos y te invita a pensar esto es arte o no.
El ready made es precursor del minimalismo y del pop, por su idea de serialidad.
La apropiación, es decir, el tomar un objeto y hacerlo de Nuevo tiene que ver con Duchamp.
Duchamp creó la idea del arte como una eternal controversia, de género, politico por su irreverencia, incluyente de un agama de posibilidades que jamás se habían tomado en cuenta en el mundo del arte.
Ruptura por determinar los valores del arte contemporáneo en la indeterminación, romper con los ideales, bien verdad belleza como trascendentales en el arte.

No comments: