Tuesday, February 24, 2009

Picasso no se vende en la subasta de Saint Laurent Una obra de Matisse bate el récord en 32 millones de euros

Bajo la cúpula enorme de vidrio y metal del Grand Palais de París comenzó ayer la gran subasta puntual, a las siete de la tarde. Cerca de 1.200 marchantes, coleccionistas, aficionados galeristas y directores de museo, sentados en un lado. El director de la casa de subastas de Christie's de París, con el martillo en la mano, de pie, en el otro. En liza, las obras de arte más valiosas de la colección de Yves Saint Laurent y su socio y pareja durante tantos años, Pierre Bergé: De cuadros de pintura moderna a esculturas rabiosamente contemporáneas.

A las puertas de la casa de subastas, una flota de Mercedes con chófer anunciaba al paseante desinformado que algo gordo se cocía dentro. Y en el interior del palacio, una pregunta: ¿Influiría la crisis planetaria en este exclusivo mercado de los más ricos entre los ricos?

A juzgar por el primer cuadro millonario que se subastó, no mucho. Fue una pintura de James Ensor, que los expertos habían catalogado en tres millones de euros, como mucho, y que acabó en manos "del señor del fondo", según el director de la subasta, por algo más de cuatro millones. Muchos de los presentes no necesitaban alzar la mano para informar al subastador de que subían la puja. Se conocen tanto de otras subastas que bastaba un leve movimiento de mano o un levantarse las gafas para elevar la puja.

Hubo un duelo de dos aficionados decididos a llevarse una obra de Marcel Duchamp, catalogada en un millón y medio de euros, que acabó, a golpes de 100.000 euros, en 7,9 millones y un aplauso de la sala, conmovida por la manera resuelta de pujar de los dos contendientes.

El lote 35 era muy esperado. Se subastaba la escultura de Constantin Brancusi Retrato de Madame L. R. Constituyó la primera gran obra de arte adquirida por Saint Laurent y su compañero Bergé. Estaba tasada en 20 millones de euros. Alguien por teléfono la adquirió por 26 millones. Otro aplauso y otra respuesta de que la crisis no afecta mucho a este mercado. Al contrario. Hay quien sostiene que cuando los bancos se vuelven inseguros los ricos se vuelven hacia el arte contemporáneo.

La subasta prosiguió superando los precios previstos en casi todos los lotes. Llegó el cuadro, en principio, más caro: Instrumentos de música sobre una mesa, de Picasso. Partía en 25 millones y no se vendió, después de una puja decepcionante en la que participaron pocas personas. Nadie se lo explicaba. Pero el mundo de las subastas planetarias es así de voluble.

Una obra del francés Henri Matisse, que se vendió en 32 millones de euros, se convirtió en la estrella de la primera subasta de la colección Yves Saint Laurent y Pierre Bergé. Les coucous, tapis bleu et rose, una naturaleza muerta pintada en 1911, batió el récord.


http://www.elpais.com/articulo/cultura/Picasso/vende/subasta/Saint/Laurent/elpepicul/20090224elpepicul_8/Tes

Thursday, February 19, 2009

Luz para el arte, nuevo museo de la UNAM



El Museo Universitario de Arte Contemporáneo es un espacio dispuesto a provocar al espectador; la colección tiene siete apartados que muestran la evolución de Ciudad Universitaria, y otros temas.
Por: Ángel Mendoza Cruz
Tardó casi 32 años en llegar, pero desde noviembre pasado, el Centro Cultural Universitario ya cuenta con un espacio dedicado a las artes plásticas: El Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), creado por el arquitecto Teodoro González de León.
González De León, coautor a inicios de los años 50 del plan maestro de la capitalina Ciudad Universitaria, fue llamado por el rector Juan Ramón de la Fuente para crear el MUAC e insertarlo en el plan de renovación del patrimonio arquitectónico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El museo demoró su apertura casi un año, pero valió la pena.

"Nos propusimos alejarnos de los museos didácticos, monolíticos, que se sienten sabios y todopoderosos. Queríamos un nuevo espacio: un posmuseo que fuera dinámico, abierto, donde el visitante sea un viajero dentro del espacio", narra Graciela de la Torre, directora general de Artes Visuales de la UNAM.

El MUAC -que dispone de sitios únicos en América Latina como la sala de experimentación sonora y el laboratorio de conservación- dará relevancia a la exposición de obra y la gestión del conocimiento.

Génesis

El proceso creativo de González de León no experimentó ninguna limitante. Para identificar las necesidades de los artistas contemporáneos, visitó 40 museos en cinco países.

En paralelo, durante seis meses, se discutió el programa: "El rector sugirió un pequeño apretón, por el área; lo hicimos sin perder nada significativo".

Felipe Leal, coordinador de Proyectos Especiales de la UNAM, repasa los ciclos de la institución: uno, su traslado del Centro Histórico al campus; otro, la creación del Centro Cultural Universitario (CCU), institutos de investigación y Espacio Escultórico; ahora, uno más para rescatar el legado y edificar para nuevas necesidades.

Leal comenta a Obras que la mayoría de estas construcciones fue concretada en el segundo periodo de De la Fuente, pues en el primero se "retejió" la membrana universitaria dañada por la huelga de 1999.

El MUAC se circunscribe en los proyectos culturales emprendidos: el rescate del Museo Experimental El Eco y la Casa del Lago, la creación del CCU de Tlatelolco y la renovación -en marcha- del Museo Universitario del Chopo. Sin olvidar, que desde 2007, el Campus Central de CU queda inscrito, por la UNESCO, como patrimonio mundial cultural y natural.

Con la misma visión histórica, Gerardo Estrada, otrora coordinador de Difusión Cultural, recuerda que el CCU comenzó en 1976 por iniciativa del director de orquesta Eduardo Mata, con la Sala Nezahualcóyotl. Le siguieron los teatros Juan Ruiz de Alarcón y Sor Juana Inés de la Cruz, las salas de danza Miguel Covarrubias y de música Carlos Chávez, además de las salas de cine José Revueltas y Julio Bracho. Un espacio para las artes plásticas se había planeado desde el principio.

A partir de 2003, evoca Graciela de la Torre, se impulsa la propuesta del museo y para edificarlo "siempre se pensó en un arquitecto mexicano, porque tenemos arquitectos fantásticos en nuestro país".

En 2004 se realiza un concurso por invitación. "¿Por qué Teodoro? -se pregunta el doctor Estrada y él mismo responde- Porque fue el mejor proyecto que se presentó".

Acerca de la polémica por la presencia del nuevo edificio en el CCU, el arquitecto Leal cuestiona y ataja: "¿Y por qué no el museo ahí? El MUAC dialoga muy bien con edificios de hace treinta años; hay que entender que las ciudades no se hacen en una sola época, sino a través del tiempo, se convierten en una suma".

Espacio provocador

Ojos de agua, de sólida voz, luminoso a sus 82 años, Teodoro González de León recibe a Obras en su despacho en la capitalina colonia Condesa y revela:

"El surgimiento de una idea es un acto traumático. Está el temor de que no salga y conforme pasa el tiempo me sucede con más intensidad, porque trato de no copiarme", dice el arquitecto.

En sentido urbanístico el MUAC aporta una explanada que se convierte en ingreso peatonal al CCU y enlace de sus elementos.

La gente ya no tendrá que acceder entre autos como en un centro comercial. "Es el museo que le faltaba al país, que lo haga la UNAM es importante, porque es la única institución nacional que compra obra contemporánea", comenta el arquitecto.

Lo que fue un estacionamiento, es hoy el área que ocupa el museo, cuya volumetría responde al entorno: hacia la plaza el gran pórtico; hacia el oriente un elemento curvo dialoga con la presencia quebrada de la sala

Nezahualcóyotl y, al poniente, hacia la avenida de acceso, aparecen los volúmenes blancos de distintas alturas.

Inclinada a 45 grados, su fachada de vidrio difuminado forma un pórtico que conduce a la sala de conciertos y a los teatros; sus 70 metros de largo se replican en un espejo de agua. La Espiga se halla ahora a ras de la plaza. El vestíbulo, espacio de doble altura que atraviesa todo el edificio y que se puede recorrer sin pagar el boleto, conecta con la Biblioteca Nacional.

Aclara que la fachada de vidrio "es una provocación para que la gente vea desde la plaza, se intrigue y se atreva a ver el arte contemporáneo". Asimismo, la inclinación impide que el sol incida directamente en las salas. MUAC es, según su creador, "un espacio para provocar", lo mismo a los visitantes que a los artistas. "Cualquier exposición de arte contemporáneo queda aquí; no tiene de qué quejarse".

El diseño condujo al arquitecto y a su equipo a realizar pruebas para probar cómo entraría la luz natural, así que en las canchas del frontón de CU construyeron un módulo de 12 x 6 x 6 m.

Los experimentos resultan: con excepción de una, todas las salas del museo tienen iluminación natural filtrada a través de una cámara plena mediante un doble reflejo que produce una luz envolvente, uniforme y sin sombras -celebrada por curadores y museógrafos-. El espacio aloja también el sistema de climatización, además de una batería de cortinas operables que pueden obscurecer totalmente el área de exhibición.

A decir del arquitecto, se obtiene un efecto fantástico, porque con luz natural una pieza se convierte en muchas piezas, "pasa una nube y la percepción cambia".

Desarrollado en dos plantas, el museo dispone sus salas de exhibición en la planta alta, al mismo nivel de la plaza, junto con la recepción, la librería-tienda y el área educativa (Ágora), poseedora de un muro circular, que recortado por vidrio, permite apreciar paisajes volcánicos a través de su ventana corrida.

De sus nueve salas, cuatro se ven desde la explanada y pueden inte-grarse a ésta con cortinas, pues la plaza también es un espacio de exhibición.

Con un módulo de 12 m de ancho, pero con diferentes largos y alturas (6, 9 y 12 m), las salas se agrupan en cuatro zonas. "Son pequeños museos dentro del gran museo", apunta González de León.

Están conectadas por tres calles interiores, iluminadas con tres patios y dos terrazas. De manera que se circula por toda la zona de exhibición sin subir un escalón. "No es un museo con mayúsculas -aclara- al que hay que acceder por una gran escalinata para llegar al arte".

Ante las voces que critican la enormidad de las salas, el arquitecto argumenta: "Cuando hice el museo Tamayo, encontramos que 7.50 m era el módulo adecuado para las obras [de arte] que hacían en ese tiempo, era suficiente; hoy se requieren otros espacios, otras escalas. Hacer el Tamayo en este momento sería una aberración; serviría para exhibir una colección de la mitad del siglo pasado, pero no para el arte contemporáneo", explica Teodoro.

El MUAC se levanta en una zona cuyo entorno natural resulta significativo. "Pocos edificios de CU manejan la roca; la tienen como parte de su recorrido, ya trabajada, pero no hay diálogo con su estado natural", afirma.

El nivel inferior, parcialmente excavado en roca, contiene la mediateca (Arkheia), sala de conferencias, auditorio-teatro para 300 personas -que se concluirá en mayo-, cafetería, restaurante, oficinas, bodegas para fondos de la colección, museografía, restauración y servicios generales.

Más allá de los nombres

En contraste con el hábito político de terminar los sexenios con grandes obras arquitectónicas, en el MUAC la sucesión en Rectoría no afectó el desarrollo de la obra. Para garantizar un impecable funcionamiento, explica De la Torre, entre marzo y agosto de 2008, el museo fue sujeto a 600 pruebas de protocolo.

Al respecto Felipe Leal comenta que el ex rector pidió trabajar "sin pausa y sin prisa". En la apertura del recinto, el 24 de noviembre de 2008, el rector José Narro resaltó el trabajo de Juan Ramón de la Fuente, a quien llama "el líder universitario del proyecto".

Para Sealtiel Alatriste, actual coordinador de Difusión Cultural de la UNAM, la apertura hecha un año después de lo planeado da cuenta de la responsabilidad institucional. Ahora, el reto lo encuentra en darle una estructura administrativa y financiera sólida a través del presupuesto universitario y de un patronato, además de fortalecer las curadurías y lograr que la gente asista.

Colección abierta

Simultáneamente a la construcción del recinto, la UNAM asume el desafío de adquirir obras y realiza una campaña para recaudar fondos destinados a su equipamiento. Graciela de la Torre precisa que la universidad posee la colección pública más grande de arte contemporáneo y que entre 2005 y 2008 se adquirieron 290 piezas.

El trabajo de Olivier Debroise (1952-2008) se halla en gran parte de ese proceso de adquisición.

La colección consta de siete apartados que dan cuenta de la evolución del arte desde la fundación de CU:

1) Artistas fundadores de Ciudad Universitaria; 2) La Ruptura y sus contemporáneos; 3) Continuidad de las abstracciones en México; 4) Nuevas figuraciones; 5) Experimentación y vanguardia; 6) Fotografía contemporánea; 7) Tendencias de los 90 y zona de riesgo. Además se dispone de las colecciones asociadas de Charpenel-Guadalajara y Grupo Corpus.

Se tiene un acervo que sigue creciendo y, enfatiza, las exposiciones no serán permanentes, sino que se integrarán por ciclos curatoriales, organizados con base en los grandes temas actuales. Así, el museo siempre resultará diferente para el espectador.

Vista privilegiada

Al responder en 1989 el discurso de ingreso de González de León al Colegio Nacional, Octavio Paz recordó la lealtad de su amigo por los materiales, pues en su obra se muestra con veracidad la piel y la entraña de la edificación. Esta vez usa concreto blanco, vidrio y pisos de cemento.

"El museo -precisa el arquitecto- no debe ser protagónico, tiene que ser un espacio neutro y no hay más neutro que el blanco, y el de un concreto liso es estupendo; es la materia que habla, no hay recubrimientos, es estructura y a la vez el final, la piel del edificio."

Listo el MUAC para recibir visitantes, arte y provocar a la vista.

http://www.cnnexpansion.com/obras/2009/02/11/luz-para-el-arte-nuevo-museo-de-la-unam

Monday, February 16, 2009

"Nuestro trabajo es la belleza al margen del mercado"


Le llaman el Damien Hirst de Delhi. Entre sus obras de los últimos años destacan las esculturas de cientos de relucientes cacharros de cocina apilados, como los que formaban una calavera de una tonelada, titulada Very hungry god (2006), que quedó instalada en los canales de Venecia, como parte de la colección de François Pinault. O, aquellos trabajos en los que utiliza estiércol de vaca, algo que en muchas aldeas de India se usa para la limpieza espiritual. En uno de sus vídeos, Pure (2000), Subodh Gupta (Khagaul, Bihar, 1964) aparece cubierto de excrementos bovinos, que lava lentamente bajo una ducha. Este artista será una de las estrellas de Arco Madrid 2009, la feria que se inaugura el próximo miércoles (y concluye el día 16), que este año tiene como país invitado a India.

Pregunta. Se habla mucho últimamente del arte indio contemporáneo pero, de momento, se conoce poco en el extranjero. ¿Cómo se ha desarrollado la escena artística en su país?

Respuesta. En los últimos cinco años ha aumentado la actividad del arte contemporáneo en la India, y en los últimos dos años parece haberse disparado hacia el exterior. Después del auge del arte chino, los ojos están ahora en India. Están pasando muchas cosas. Han surgido artistas muy interesantes, especialmente en Delhi y Bombay, también en Bangalore y Baroda, la llamada Escuela de Baroda. Es un país enorme, aunque no se ha empezado a cultivar el arte al estilo occidental hasta hace poco tiempo. En comparación con Europa y América, somos muy pocos, apenas un centenar. Y por eso nos conocemos casi todos. En ese sentido, India aún tiene que ir muy lejos.

P. Quizá el peso del arte tradicional y popular haya retrasado el desarrollo de lenguajes plásticos más actuales.

R. Al igual que artistas que viven en España, EE UU o China, los indios se dejan influir mucho por el arte tradicional de su lugar de origen, de su cultura y de su sociedad. Es un punto de partida, pero pienso que ahora existe un lenguaje común. Si te desarrollas bien en ese lenguaje, encajarás tanto en las bases de tu propia cultura como en las del resto del mundo.

P. Algunas de sus obras más importantes han estado en las grandes citas como la Bienal de Venecia, Art Basel o Frieze. Son piezas construidas a partir de objetos de desecho, instalaciones que se convierten en metáforas de la sociedad india, el contraste en la vida entre las grandes y pequeñas ciudades.

R. Trabajo con los recuerdos de mi niñez en un pequeño pueblo, y posteriormente mis vivencias en las grandes urbes. Cuando empecé a viajar al extranjero y conocer otras ciudades me sentí también influido por ellas. A medida que pase el tiempo se irá reconociendo menos en mi trabajo el hecho de que provengo de la India. Mi arte evoluciona con mis experiencias.

P. ¿Qué experiencias refleja del pueblo donde nació?

R. Allí el 90% de la población trabajaba para el ferrocarril o para negocios relacionados con él.

P. Tanto las maquinarias como el aspecto metalizado son frecuentes en su obra.

R. Los utilizo en ocasiones, pero no demasiado. Me interesa el movimiento en mis instalaciones. El aspecto metalizado que suelo utilizar está más bien relacionado con los utensilios de acero inoxidable que se usan para comer y para cocinar, una de las actividades en torno a las que he trabajado mucho. Entre otras cosas, porque me gusta cocinar.

P. La relación entre el ámbito doméstico, íntimo, y el industrial está muy presente en su obra.

R. Encuentro cierta poesía en esa relación tan extrema.

P. ¿Este nuevo arte indio tiene interés por los temas sociales y políticos?

R. Suceden cosas muy extremas en la India y muchos de los artistas las reflejan en sus obras. En lo político también hay mucha tensión con lo que sucede en Pakistán, en el golfo Pérsico o en Oriente Próximo. Yo no hago arte político, aunque subconscientemente tampoco puedo evitarlo. Se filtra en mi obra y en la de muchos otros artistas indios. Estamos conectados a las noticias y a Internet todo el tiempo. Toda la elección de Obama se vivió con tanta o más intensidad y entusiasmo en India y en otros países que en EE UU. Hasta mi hijo pequeño se alegró. ¿Qué está pasando? Así es que debo decir que existe mucho interés en el mundo por el momento presente en el mundo. Es una época para trabajar duro y no quedarse atrás.

P. Un panorama no muy favorable al mercado del arte...

R. El mercado del arte se verá afectado por la crisis económica mundial; sin embargo, los verdaderos artistas seguirán haciendo lo que necesitan hacer. La belleza de nuestro trabajo es que se realiza al margen de los vaivenes del mercado.El creador es una de las figuras de India, país invitado en Arco 2009
CULTURA

Arte: el fin de la era de los banquetes

TRIBUNA: ESTRELLA DE DIEGO
Arte: el fin de la era de los banquetes
La crisis ha afectado profundamente a las artes visuales, uno de los territorios más rentables de la llamada "industria cultural". ARCO, que se inaugura esta semana, permitirá valorar su estado actual

Fue el verano pasado: las gentes se desperezaban aún de las vacaciones. Entonces se hablaba de ciertos cambios en el mundo de arte, de los nuevos coleccionistas de Rusia o de algunos países con millonarios emergentes, pero nadie sospechaba la magnitud de la debacle financiera y económica que el planeta estaba a punto de presenciar, de propiciar.

Así que la noticia se leía a medio camino entre gesto conceptualizante y deseo urgente de cash -ninguna de las dos cosas grandes novedades en el mundo del arte-. Y pese a todo, como si de un presagio oscuro se tratase, el asunto acaparaba las primeras páginas al lado de la absurda calavera cubierta de brillantes: el artista inglés Damien Hirst vendía buena parte de su producción en una conocida sala de subastas londinense y lo hacía, además, de forma directa, sin intermediarios, sin galeristas ni marchantes, organizando la operación desde su puesta en escena corporativa. El propio Hirst daba una explicación elegante para sus "restos de temporada": la venta simbolizaba el deseo de comenzar una nueva vida artística. Sin embargo, para muchos el despliegue obedecía más bien al consejo de su conocido asesor financiero: vende ahora porque las piezas han llegado a su tope.

"Qué a tiempo", debieron pensar los implicados en la operación semanas más tarde, en medio del colapso de las grandes corporaciones. Ninguno de los pronósticos se iba a hacer realidad: la venta de los artefactos de Hirst no cambió el modelo del mercado del arte, ni hizo desaparecer a las galerías, entre otras cosas porque son pocos los creadores que tienen un aparato organizativo que los respalde con tanta eficacia.

Pese a todo, visto con meses de colapsos a la espalda, sumergidos en un cambio de paradigma de dimensiones que parecen imposibles de vaticinar, llama la atención la perspicacia y no sólo el sentido comercial del artista británico: ¿cómo no entendimos que si uno de los más agudos comerciantes de la escena artística vendía masivamente había llegado la hora de vender?

Claro que al ver todos aquellos formoles de vacas y moscas llenando la sala de subastas, antes frecuentada por objetos lujosos y grandes maestros, llevados hasta la puerta casi por el artista en persona además, intuimos que algo pasaba. Se pensó -qué incautos- que el mercado del arte -y hasta el mundo del arte- estaba saturado. Lo probaban, además, otras subastas millonarias de los nuevos viejos maestros, por ejemplo Bacon o Warhol, que habían llegado a cifras astronómicas al alcance sólo de las nuevas fortunas.

Ahora se sabe que el problema tenía mucha mayor envergadura: lo que estaba saturado es un sistema entero para el cual, por ahora, tampoco hay alternativa precisa, parecería. Y mientras lo decimos no acabamos de creérnoslo. Lo decimos y queremos pensar que estamos hablando aún de cosas sin mucha trascendencia, curiosidades como la noticia veraniega de Hirst. No obstaste, si es cierto que el sistema y sus fórmulas están en medio de una crisis severa, tal vez merecería la pena preguntarse por el futuro de esa forma de consumo cultural que se ha ido desarrollando en estos últimos años de manera inusitada desde lo público y lo privado; entre todas las capas sociales, entre quienes poseen los artefactos artísticos y quienes se limitan a mirarlos. El arte está de moda: no se puede negar.

A medio camino entre fórmula de entretenimiento e icono de prestigio, las artes visuales han pasado a ser uno de los territorios más consolidados y más rentables de eso que se ha dado en llamar "industria cultural". Entre grandes coleccionistas y museos, pasando por las políticas locales o el fenómeno turístico, ha ido surgiendo un cada vez más creciente interés no ya por Goya, Leonardo o Manet, sino por las producciones contemporáneas. Y es aquí, quizás, donde surge la peculiaridad del fenómeno, el camino hasta cierto punto inverso que se ha recorrido. El actual éxito masivo de instituciones consolidadas como el Prado, la National Gallery o el Metropolitan, ha sido hasta cierto punto consecuencia de un fenómeno típico de los años 80, la creación de museos de arte contemporáneo que contribuyeron de forma inequívoca a la puesta en escena de la "industria cultural".

Dicho fenómeno daba lugar a contradicciones flagrantes como las que se experimentaron en tantos museos de carácter histórico y de las cuales no nos libramos tampoco aquí: mientras se abrían museos grandes y modestos de arte contemporáneo, a menudo sin colección, muchas obras del siglo XIX o hasta anteriores languidecían en unas salas sin condiciones de conservación adecuadas.

Inscritas en la misma necesidad de novedades se hallaban las frecuentes exposiciones temporales y la entrada del arte del siglo XX incluso a aquellos museos con colecciones más clásicas. Se trataba, ya en los años 80 y 90 -y se trata ahora-, de exposiciones de "clásicos populares", capaces de atraer multitudes, dado que a los museos, como a toda corporación, se les exigen resultados: dicho de otro modo, número de visitantes. En una era de dispendios y excesos es preciso alimentar las voracidades de novedad.

El propio ARCO, a punto de abrir, habla de algunas de esas exasperaciones en el Estado español. Pocas ferias en el mundo tienen tanta afluencia de curiosos y tan poca de coleccionistas que no sean las instituciones públicas. Más que a poseer los artefactos culturales, allí se va a mirarlos, y termina por tener -o hasta cierto punto- estructura de bienal en lo que a visitantes se refiere. Será de hecho interesante ver los resultados de este año al encontrarse las instituciones sometidas a sus recortes presupuestarios, igual que resulta esclarecedor el modo en el cual las grandes corporaciones están dirigiendo sus fondos hacia lugares más "rentables" socialmente hablando en el momento presente.

¿Va a dejar el arte de estar de moda? Y es aquí donde vamos llegando hasta el meollo de la cuestión, pues si el arte es consumo e industria cultural, nadie garantiza que no vaya a sufrir las mismas restricciones que el resto de los artículos de lujo. Si, como se comenta, algunos de los grandes millonarios han sufrido un revés importante con el escándalo Madoff, ¿no empezarán a recortar en sus inversiones en obras de arte? ¿Qué va sobre todo a pasar cuando los fondos escaseen en este mundo insaciable de novedades? ¿Dónde se invertirá? ¿En valores seguros, libres de un alto riesgo?

Las cosas van a cambiar, y mucho. Eso parece obvio. De ahora en adelante habrá que agudizar el ingenio porque los recursos van a escasear y será importante el modo de repartirlos. Si cada temporada se ha ido consolidando una nueva tendencia en el mundo del arte con más o menos éxito o permanencia a través de bienales y exposiciones -arte de países emergentes, desde hace pocos años a la moda el arte asiático; las propuestas de género o las archivísticas como revisión de la memoria y la identidad; trabajos colectivos o redes- queda por preguntar qué se llevará en el nuevo orden que nadie consigue intuir siquiera.

Quizás se radicalizarán las propuestas y se abrirá el camino de reflexión que planteaba la última Bienal de São Paulo, premonitoria, pero que curiosamente a pocos gustó quizás porque tenía poco de espectáculo. O habrá una nueva "llamada al orden", como en los 30, con grandes exposiciones de grandes maestros, regreso a la pintura y hasta a la belleza tradicional. Tampoco me parece tan descabellada esta segunda posibilidad: en tiempos de crisis se suele regresar a lo seguro, a lo previsible, quién sabe si a un inmenso parque temático igual que el actual pero lleno de obras clasicistas. Lo único que parece indudable es que la era de los banquetes que hemos estado viviendo estos últimos años, vacía y glotona, puede darse por clausurada.

Estrella de Diego es ensayista y catedrática de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid. Su último libro publicado es Contra el mapa (Siruela).

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Arte/fin/era/banquetes/elpepuopi/20090209elpepiopi_12/Tes

Friday, February 6, 2009

Las subastas de Londres pondrán a prueba el mercado del arte

el Economista.es http://ecodiario.eleconomista.es/mundo/noticias/1006364/02/09/Las-subastas-de-Londres-pondran-a-prueba-el-mercado-del-arte.html

Obras de Monet, Degas, Modigliani, Kirchner, Miró, Warhol: las subastas de esta semana en Londres pondrán a prueba el mercado del arte, que se desplomó en noviembre pasado por causa de la crisis, reconocieron expertos.

Christie's y Sotheby's, las dos casas de subasta con la mayor cuota del mercado del arte mundial, aseguran que, pese al sismo financiero y la recesión económica mundial, aún hay dinero para el arte, "si la calidad es buena" y si los precios son "razonables".

"Nuestra respuesta a la crisis es ofrecer menos obras y sólo de muy buena calidad", afirmó a la AFP Helena Newman, vicepresidenta del departamento de arte impresionista y moderno de Sotheby's, en vísperas del debut de la semana de subastas londinense, el martes, y que concluirá el viernes.

Algunas piezas, como "La pequeña bailarina de 14 años", de Degas (un bronce estimado en 13-17 millones de dólares), "La Cariátide", de Modiglianni (8-11 millones de dólares) y "Escena de la Calle" de Ernst Ludwig Kirschner (7-10 millones de dólares) "son obras maestras que envidiarían los mejores museos del mundo", subrayó.

"Y los coleccionistas serios lo saben", agregó Newman, esperanzada de que, además de la calidad de las obras, la caída de la libra a sus niveles más bajos en más de 20 años y el recorte de las tasas de interés atraerán a coleccionistas de Estados Unidos y de la zona euro.

Sin embargo, los expertos reconocen que el mercado del arte está en una situación totalmente distinta que hace seis meses, cuando ciertos coleccionistas pagaron precios exorbitantes por obras de arte.

Por ejemplo, un tríptico de Francis Bacon alcanzó 86,2 millones de dólares en mayo de 2008 en Nueva York.

"El clima económico ha cambiado drásticamente y hemos reconocido ese cambio, dando prioridad sobre todo a calidad y precios razonables", señaló Cheyenne Westphal, directora del departamento de arte contemporáneo de Sotheby's.

"Pero es imposible predecir cómo va a responder el mercado", admitió Westphal, confirmando que los especialistas seguirán muy de cerca estas subastas porque son las primeras después del desplome del mercado del arte en los remates de noviembre de 2008 en Londres y Nueva York.

"Los precios no son los mismos que en los momentos del auge del mercado", reconoció Giovanna Bertazzoni, directora de arte impresionista y moderno de la casa rival, Christie's.

Por ejemplo, la estimación de 5-8 millones de dólares (4-6 millones de euros) para el cuadro "Les Deux Filles' de Amedeo Modigliani -lienzo que ha estado en manos de la misma familia durante casi un siglo- habría sido tres veces mayor si el mercado estuviese en auge, aseguró.

"Rara vez sale al mercado un cuadro como éste, que es uno de los únicos cinco retratos de dos personas creados por el artista. Es una oportunidad que no se volverá a repetir, al menos en esta generación", insistió.

Falta por ver también qué ocurrirá en el mercado del arte contemporáneo, donde en los últimos años los precios de obras de artistas como Jeff Koons y Damian Hirst, se dispararon, codiciadas por jóvenes coleccionistas que amasaron fortunas en las bolsas, antes de su derrumbe.

ame/cll

Monday, February 2, 2009

Medio centenar de artistas indios desembarcan en Arco


El arte contemporáneo se ha convertido en un solicitado embajador de la India emergente | "Hoy en día la capital del arte indio es Londres, es Nueva York, es Hong Kong…", dice Kumar

El arte contemporáneo se ha convertido en un solicitado embajador de la India emergente. En los últimos años no hay feria o museo que se precie que no haya querido tenerlo como invitado. El arte indio, milenario y renovado, ha multiplicado su visibilidad casi al mismo ritmo que sus precios. Primero de la mano de la diáspora, luego de la nueva clase media y al fin de coleccionistas, museos e inversores de todo el mundo.

Algo sorprendente, habida cuenta de que hasta hace pocos meses el país ni siquiera disponía de un museoouna feria especializados. Pero después del boom ha llegado la resaca. Y a falta de museos, publicaciones y formadores, la calidad del arte indio sigue midiéndose por el precio que alcanza en las subastas. "En una semana podían visitarme cinco curadores deseosos de montar una exposición en Europa, Estados Unidos o Japón. Turismo museístico", explica Sunitha Kumar, responsable de Ske, una galería de Bangalore que se ha convertido en un referente en India. "Fue cuando empezaron a proliferar fondos de inversión basados en arte". Los precios se han multiplicado por quince desde el 2001, aunque la gran explosión se dio en el 2006, época en que los galeristas daban "cinco minutos para decidirse a sus clientes", recuerda Kumar. "Pero desde hace un par de meses está todo parado", reconoce Premilla Baid, de otra galería de referencia, Sumukha, que también expone a artistas extranjeros, una rareza en India. "La corrección es buena. Se llevará las obras malas", apostilla.

El boom empezó con la pintura y llegó en penúltimo lugar a la escultura, cuya tradición es antiquísima en India. Finalmente, incluso las instalaciones encontraron su lugar. Sheila Gowda, que ha expuesto últimamente en Madrid y Valencia, fue pionera. Gowda niega que Londres sea la auténtica capital del arte indio: "A diferencia de China, en India siempre ha habido un mercado. Si no, no hubiera existido un Husain". Ni un Raza, un Souza o un Mehta, fundadores del Grupo de Artistas Progresistas –octogenarios emigrados o recientemente fallecidos– que siguen siendo los nombres más cotizados.

Gowda le ve cosas buenas al boom: "Creo que los artistas se han vuelto más productivos, al encontrar salida inmediata". Un artista de Bombay que estará en Arco como ella, Sudarshan Shetty, discrepa: "Quizá sí, pero a base de repetir ideas". La galerista de ambos, Kumar, matiza: "No es verdad que la comercialización haya trivializado a nuestros artistas. Los europeos nos miran, piensan, luego alargan el proceso de reflexión. Y muchos saben que a los curadores occidentales les encantan las obras comprometidas y lo aprovechan".

Las obras de Sudarshan Shetty no delatan su origen indio con ningún tipismo, que es, precisamente, el rasgo que asegura las ventas entre los compradores occidentales, amantes de Budas, deidades azules y diosas de ocho brazos en versión cómic. "Huyo de cierto espiritualismo obvio, aunque mis obras son muy indias sin parecerlo". Sabe que la diáspora india no busca orientalismo y sí firmas cotizadas.

Aunque inequívocamente indio es Subodh Gupta, procedente de la zona más atrasada del país y que con su uso de la cacharrería popular se ha convertido en el artista más cotizado de su generación. Vive en un lugar que odia –Gurgaon– junto a su esposa, la artista angloindia Bharti Kher.

Kumar es ecléctica: "Hoy en día la capital del arte indio es Londres, es Nueva York, es Hong Kong…". Todas ellas ciudades en las que Christie's celebra subastas de arte indio. ¿Y en India? "Bangalore es interesante porque está al margen comercialización de Bombay y rémoras de Delhi". En 1996 había tres galerías Bangalore y hay veinte. Una expansión parecida se ha producido en Delhi, aunque la presión inmobiliaria ha desplazado a muchas la periférica Gurgaon.

Un gran coleccionista inauguró allí a finales del año pasado, dos plantas, la Fundación el "primer museo de arte contemporáneo de India". Poco antes había celebrado en Delhi Indian Art Summit, la primera anual del género, con éxito público y ventas, aunque desdeñada por las mejores galerías. Existe un heterogéneo de Arte Moderno, con sedes Delhi y Bombay, pero raramente dedica espacio a la creación contemporánea. Calcuta confía corregirlo y recuperar su esplendor cultural con el Kolkata Museum of Modern Art, un edificio de Herzog & De Meuron que debe empezar a construirse este mismo año. Algo ignorado por la prensa india, que sólo habla de arte para reseñar récords de cotización.

http://www.lavanguardia.es/cultura/noticias/20090201/53631377402/medio-centenar-de-artistas-indios-desembarcan-en-arco.html

Paseo por Arco, feria de arte contemporáneo internacional

Adelantando un poco lo que será Arco 2009, ofrecemos este paseo por vídeos de curiosidades de las ediciones anteriores.
Como veis, el primer vídeo tiene como reportero a un niño muy curioso que quiere coger los objetos de los que están hechas las obras de arte contemporáneo, quizás para el peque no sean más que objetos, no? Muy divertido el paseo del enano, que encuentra amistad con algunas obras.
Además de la curiosidad del peque, en el primer vídeo vemos un informe de lo que fue LOOP 2008, el festival de vídeoarte en Valencia de la mano de uno de sus organizadores, quien nos da algunas ideas del lugar del vídeoarte hoy en el arte contemporáneo.
En este vídeo, verán el pillaje del programa El Buscador, quien fue el responsable de menuda broma para el público de Arco 2006.


Visión del presente

Visión del presente
Las representaciones artísticas que se crean hoy en día, son, según los expertos, reflejo del entorno social, económico y político que impera en el orbe. A ese rubro, que igual se vale de la tecnología, la polisemia y las técnicas en ocasiones polémicas para ser representado, lo han llamado arte contemporáneo

VANESSA PÉREZ
EL UNIVERSAL
DOMINGO 01 DE FEBRERO DE 2009
VANESA.PEREZ@ELUNIVERSAL.COM.MX

Las representaciones artísticas que se crean hoy en día, son, según los expertos, reflejo del entorno social, económico y político que impera en el orbe. A ese rubro, que igual se vale de la tecnología, la polisemia y las técnicas en ocasiones polémicas para ser representado, lo han llamado arte contemporáneo.

Éste se encuentra en todas partes, debido al gran impacto que ha causado en la cultura mundial. ¿Qué lo define? ¿Cuándo surgió?, Cuauhtémoc Medina, director del Simposio Internacional de Teoría sobre Arte Contemporáneo (SITAC) que concluyó ayer en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, en la ciudad de México, habla sobre este tema.

Nueva ola de ideas

Con el paso del tiempo las sociedades evolucionan al igual que los estilos de vida, las ideas y las posturas, y es justo sobre estas bases que nace el arte contemporáneo.

“Los teóricos, estudioso y especialistas en el tema encontramos un quiebre de ideas en la década de los 60 en lo que se refiere al mundo del arte, que da origen a este rubro artístico”, comenta Medina.

En esa revolución de posturas y concepciones surge una nueva forma de hacer y apreciar las manifestaciones estéticas.

Así, el arte clásico se vio acompañado de alternativas en las que cada autor era libre de presentar su definición de arte.

“Todo desembocó en cambiar ese estatuto visual por una cultura experimental más heterogénea, del ‘presente’, que desde entonces ha ido alimentándose hasta ser el gran monstruo que es hoy”, agregó Medina.



49 años después

El siglo XXI llegó con una serie de rupturas en los modelos tradicionales de la vida, además de avances tecnológicos que ofrecieron a la humanidad enormes posibilidades de desarrollo. Con todo este progreso, el arte del presente también se ha beneficiado, ocupando en el mercado artístico el primer escalón, dejando atrás lo clásico y lo antiguo.

“Debido a una serie de pasiones que encierran un gran número de factores, lo que antes parecía una investigación aislada ahora se ha convertido en una cultura masiva, a nivel mundial, bautizada como arte contemporáneo”, mencionó el experto.

La ganancias obtenidas por este rubro son de suma importancia para su desarrollo y su diferencia con la industria clásica radica en que venden alternativas y diversidades.

“El estatuto de un artista contemporáneo es el de un productor que piensa, habla e interviene en los diferentes discursos para ser transmitidos a una comunidad”, asegura.

Además del importante lugar que ocupa en la economía este tipo de arte, hoy es la pieza clave para armar el rompecabezas de la vida cultural contemporánea. Y para los que quieran tratar de entender este fenómeno artístico, existen tantas teorías de su explicación como la variedad de su producción y apreciación. “Considero que todos los involucrados con el arte contemporáneo estamos apostando por él con el único fin de hacer una cultura del momento”, concluyó el entrevistado.