Monday, February 2, 2009

Medio centenar de artistas indios desembarcan en Arco


El arte contemporáneo se ha convertido en un solicitado embajador de la India emergente | "Hoy en día la capital del arte indio es Londres, es Nueva York, es Hong Kong…", dice Kumar

El arte contemporáneo se ha convertido en un solicitado embajador de la India emergente. En los últimos años no hay feria o museo que se precie que no haya querido tenerlo como invitado. El arte indio, milenario y renovado, ha multiplicado su visibilidad casi al mismo ritmo que sus precios. Primero de la mano de la diáspora, luego de la nueva clase media y al fin de coleccionistas, museos e inversores de todo el mundo.

Algo sorprendente, habida cuenta de que hasta hace pocos meses el país ni siquiera disponía de un museoouna feria especializados. Pero después del boom ha llegado la resaca. Y a falta de museos, publicaciones y formadores, la calidad del arte indio sigue midiéndose por el precio que alcanza en las subastas. "En una semana podían visitarme cinco curadores deseosos de montar una exposición en Europa, Estados Unidos o Japón. Turismo museístico", explica Sunitha Kumar, responsable de Ske, una galería de Bangalore que se ha convertido en un referente en India. "Fue cuando empezaron a proliferar fondos de inversión basados en arte". Los precios se han multiplicado por quince desde el 2001, aunque la gran explosión se dio en el 2006, época en que los galeristas daban "cinco minutos para decidirse a sus clientes", recuerda Kumar. "Pero desde hace un par de meses está todo parado", reconoce Premilla Baid, de otra galería de referencia, Sumukha, que también expone a artistas extranjeros, una rareza en India. "La corrección es buena. Se llevará las obras malas", apostilla.

El boom empezó con la pintura y llegó en penúltimo lugar a la escultura, cuya tradición es antiquísima en India. Finalmente, incluso las instalaciones encontraron su lugar. Sheila Gowda, que ha expuesto últimamente en Madrid y Valencia, fue pionera. Gowda niega que Londres sea la auténtica capital del arte indio: "A diferencia de China, en India siempre ha habido un mercado. Si no, no hubiera existido un Husain". Ni un Raza, un Souza o un Mehta, fundadores del Grupo de Artistas Progresistas –octogenarios emigrados o recientemente fallecidos– que siguen siendo los nombres más cotizados.

Gowda le ve cosas buenas al boom: "Creo que los artistas se han vuelto más productivos, al encontrar salida inmediata". Un artista de Bombay que estará en Arco como ella, Sudarshan Shetty, discrepa: "Quizá sí, pero a base de repetir ideas". La galerista de ambos, Kumar, matiza: "No es verdad que la comercialización haya trivializado a nuestros artistas. Los europeos nos miran, piensan, luego alargan el proceso de reflexión. Y muchos saben que a los curadores occidentales les encantan las obras comprometidas y lo aprovechan".

Las obras de Sudarshan Shetty no delatan su origen indio con ningún tipismo, que es, precisamente, el rasgo que asegura las ventas entre los compradores occidentales, amantes de Budas, deidades azules y diosas de ocho brazos en versión cómic. "Huyo de cierto espiritualismo obvio, aunque mis obras son muy indias sin parecerlo". Sabe que la diáspora india no busca orientalismo y sí firmas cotizadas.

Aunque inequívocamente indio es Subodh Gupta, procedente de la zona más atrasada del país y que con su uso de la cacharrería popular se ha convertido en el artista más cotizado de su generación. Vive en un lugar que odia –Gurgaon– junto a su esposa, la artista angloindia Bharti Kher.

Kumar es ecléctica: "Hoy en día la capital del arte indio es Londres, es Nueva York, es Hong Kong…". Todas ellas ciudades en las que Christie's celebra subastas de arte indio. ¿Y en India? "Bangalore es interesante porque está al margen comercialización de Bombay y rémoras de Delhi". En 1996 había tres galerías Bangalore y hay veinte. Una expansión parecida se ha producido en Delhi, aunque la presión inmobiliaria ha desplazado a muchas la periférica Gurgaon.

Un gran coleccionista inauguró allí a finales del año pasado, dos plantas, la Fundación el "primer museo de arte contemporáneo de India". Poco antes había celebrado en Delhi Indian Art Summit, la primera anual del género, con éxito público y ventas, aunque desdeñada por las mejores galerías. Existe un heterogéneo de Arte Moderno, con sedes Delhi y Bombay, pero raramente dedica espacio a la creación contemporánea. Calcuta confía corregirlo y recuperar su esplendor cultural con el Kolkata Museum of Modern Art, un edificio de Herzog & De Meuron que debe empezar a construirse este mismo año. Algo ignorado por la prensa india, que sólo habla de arte para reseñar récords de cotización.

http://www.lavanguardia.es/cultura/noticias/20090201/53631377402/medio-centenar-de-artistas-indios-desembarcan-en-arco.html

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